sábado, 3 de marzo de 2007

- Un poco de Historia de Estepona

A pesar de ser un pueblo más de la superdesarrollada Costa del Sol, Estepona siempre se ha honrado de conservar sus raíces, tanto en el carácter de sus gentes como en la propia disposición urbanística del pueblo, lo cual se puede comprobar con sólo dar una vuelta por el casco antiguo y descubrir los restos de la fortaleza de la plaza, origen de los primeros barrios.



Desde su construcción,la barriada del Cristo ha guardado la misma fisonomía.

Como no podía ser de otra manera debido al estratégico enclave que tiene Estepona dentro de la geografía del país en general y sobre todo del sur de España, los primeros asentamientos en esta población tienen su origen en la defensa del territorio. A esto se añade, como suele ser habitual en zona de costa, su importancia económica por ser un punto de tránsito comercial importante. En Estepona no se puede hablar de sus barrios históricos sin contar el origen y nacimiento de los asentamientos poblacionales, lo cual es bastante desconocido en la actualidad debido al que el propio crecimiento de la población ha ido ocultando las zonas en las que tan sólo un conveniente estudio arqueológico hubiera podido resolver algunas dudas que aún hoy perduran sobre el origen de Estepona, ya que son muchos los documentos que mezclan a esta localidad con la población sevillana de Estepa. Curiosamente, incluso en la actualidad, esta confusión se produce debido a la similitud de ambos nombres, aunque la población costasoleña va adquiriendo cada vez más rasgos identificativos propios que le hacen tener un cierto renombre, al menos a nivel nacional.Hablar de Estepona antes del siglo XVIII, a pesar de que existen muchas teorías, es hacer elucubraciones y no es éste el objeto que perseguimos para conocer los diferentes barrios del pueblo. No obstante, es necesario situar el origen del pueblo, ya que la reconquista cristiana produjo en el reino de Granada un elevado número de población y la creación de otros nuevos asentamientos, entre los que se encuentra el que nos ocupa, con la finalidad fundamental de no perder, militarmente hablando, plazas que se habían conseguido a los árabes.

MOVIMIENTOS NACIONALISTAS. Así, el trabajo elaborado por el vecino de la localidad José Flores Simón, acerca del privilegio de villazgo a Estepona, recoge que la derrota almohade en las Navas de Tolosa creó la descomposición política del imperio africano en Al-Andalus y a partir de entonces surgirán los llamados movimientos nacionalistas, el más importante de los cuales dará lugar a la fundación del reino nazarí de Granada, cuyo rey, al ver que la política de Africa y Castilla iban a ser las dos constantes históricas en la evolución de su reino, atendió en sus primeros años a la restauración y construcción del sistema defensivo, entre las que la zona costera ocupó un importante lugar. Por esto, se puede confirmar la existencia de un núcleo musulmán en Estepona que se llamará de una u otra manera, perteneciente al reino nazarí de Granada y formando parte de la línea marítima y costera que completaba los recursos agrícolas, mineros e industriales del reino con el libre comercio con Oriente.


Su economía estaba basada principalmente en la pesca y en la agricultura y, cómo no, en el comercio, según recoge en su obra «Historia de Estepona. Edad Antigua y Media» Teodoro Rojo, que ha sido recientemente publicada. El estudio de Flores cita la obra de Ladero Quesada, «Granada, historia de un país islámico», para asegurar que la dedicación a cultivos especializados de exportación agravaba en el litoral mediterráneo el déficit de cereales y carnes. No obstante, la pesca proporcionó alivio a este problema y se practicó en todos los lugares costeros desde Almería hasta Estepona. Nada sabemos sobre su población por esta época, aunque la obra del también esteponero Manuel Sánchez Bracho, «Encuentros con Estepona», hace referencia a que los Reyes Católicos ordenaron en 1501 repoblar este pueblo con 30 vecinos a los que se les entregarían tierras y casas, por lo que se conoce que en el año 1600 el número de esteponeros asciende a los doscientos.A finales del siglo XIV Estepona pasa a manos granadinas, aunque la tranquilidad que otorga la guerra del Estrecho no durará mucho, ya que más tarde se inician las incursiones castellanas, que finalizan en 1456 cuando Enrique IV inicia una campaña que acaba derribando a Estepona, la cual quedó totalmente destruida en 1460 por mandato del rey Enrique IV y con ella desapareció toda su infraestructura.


La obra de Rojo señala que cuando se ordena la demolición de lo que entonces era Estepona no se produjo ninguna reclamación ni oposición a su desmantelamiento por parte de ningún propietario, lo cual hace sospechar que casi todos los pobladores eran hombres de guerra.Es ahora cuando por parte de los Reyes Católicos se inicia la reconstrucción y organización de las tierras conquistadas. La obra de Flores Simón señala que el levantamiento mudéjar de Sierra Bermeja fue uno de los motivos que llevó a dar la importancia que se merecía a la defensa de Estepona. Aquí comienza la historia más fidedigna del pueblo, se manda construir una muralla y se dota a la plaza de 30 vecinos.
LA MURALLA. Setenta mil maravedíes destinó la Hacienda Real para construir el cercado de Estepona, que ni tan siquiera se realizó bien porque las reales cédulas a las que hacen mención la mayoría de los autores consultados para la elaboración de esta tarea recogen una posterior orden por la que se manda arreglar los desperfectos de la construcción con cargo al maestro que la elaboró.Esta cerca medieval estaba compuesta por varios lienzos de muralla y seis torres tal como se desprende del documento donde se expresan las condiciones para su realización y que actualmente está en poder del Archivo de la Catedral de Málaga, legajo 63, número 95. A principios de marzo de 1504 se ordena la revisión de esta construcción por parecer defectuosa.El recinto murado se apoyaba en seis torres o cubos que debía encerrar un amplio espacio, coronado por una merlatura almenada y un paso de ronda que comunicaba las distintas torres de la cerca medieval de la villa, de aquel lugar fortificado que sus moradores abandonaron en 1456 después de conocer la noticia de la entrada en suelo musulmán de Enrique IV y convencerse de las intenciones del monarca tras ver la columna de humo que se elevaba desde la fortaleza de Benalmádena, según recogen las conclusiones del arqueólogo Sebastián Fernández.
La reedificación de la cerca iniciada en 1502 ofrecía a los nuevos pobladores cierta seguridad, favoreciendo su permanencia en zonas próximas a la costa. Estepona medieval surgía sobre sus propios vestigios con un carácter social diferente. Las características establecidas durante este periodo por ese pequeño núcleo central sigue ejerciendo su influencia en un organismo ahora mucho mayor ya que sigue siendo una villa viva. El solar medieval está ocupado hoy por voluminosos edificios pero conserva la ordenación del espacio original debido al adosamiento de casas a los muros en su cara externa. Por ello, no resulta difícil distinguir el trazado de las antiguas murallas, el núcleo embrionario del urbanismo esteponero enmarcado por la calle Villa, donde hoy se encuentra el mercado municipal de abastos. Su denominación parece indicar que en sus inmediaciones estaba la puerta principal. La calle Santa Ana sería el lienzo de levante, donde los alarifes encargados de la inspección de la obra detectaron algunas grietas en una torre. Continuaba el recinto por la calle Caravaca, que corresponde al lienzo norte, más estrecho que los verticales, cerrándose finalmente por la actual plaza de Augusto Suárez de Figueroa.La fortaleza medieval era bastante simple ya que la regularidad del terreno no obligó a realizar adaptaciones extrañas que por otra parte eran muy comunes en las fortificaciones hispano-musulmanas. Por el contrario, adoptó una forma rectangular, casi simétrica, donde los cuatro paños del muro se apoyan en seis torres rectangulares. Estos recintos fortificados contaban con un sistema de captación y almacenamiento de aguas pluviales para poder soportar largos asedios. Para ello, creaban ciertos desniveles en los pavimentos y conducían el agua hacia depósitos subterráneos que contaban con filtros de ingreso. Estepona contaba con un buen aljibe, de planta rectangular y cubierto con una bóveda de medio cañón, y que estaba situado donde hoy está el patio central del edificio que alberga el Ayuntamiento de la localidad.Otro elemento destacable es la torre cuadrangular llamada de El Reloj. Esta torre está distribuida en tres plantas y coronada por una bóveda de espejo, apoyada en un artesanado entrecruzado. La torre puede ser el centro original de todo el desarrollo posterior, según lo observa Fernández López en su configuración estructural y en su ubicación respecto a la ordenación de ese espacio que hoy ocupa la villa. Actualmente en las inmediaciones de esa torre, que también fue la primera iglesia del pueblo, denominada de los Remedios, aunque actualmente existe otra parroquia con ese mismo nombre, se ubica el colegio público Simón Fernández, más conocido como «El Grupo», ya que fue durante mucho tiempo el único centro educativo, sin desmerecer por supuesto la labor realizada por don José Álvarez en lo que a materia educativa se refiere. Muchas son las leyendas que atribuyen un origen misterioso a ese enclave y que dotan a su subsuelo de secretos pasadizos y mágicas leyendas, e incluso hablan de la aparición de restos humanos en algunas excavaciones que se han efectuado en el lugar. Actualmente esta fuente está rodeada de una plaza, la de El Reloj, donde se construyó un templete que sirve para los conciertos veraniegos de la banda municipal de música.El Castillo de San Luis es de esta misma época y fue construido por Hernando de Mendoza. Según se desprende del documento escrito en 1526 por Ramiro Núñez de Guzmán, el complejo está compuesto por una plaza cuadrada con sus dos casasmata en la frontera y un lienzo en la cara del mar. El Castillo de San Luis, tal como aparece en los planos de los siglos XVI y XVII, posee una planta propia de la fortificación moderna donde los muros forman amplios ángulos. Durante los siglos XVII y XVIII este baluarte defensivo mantuvo su valor militar, aunque a principios del siglo XIX el castillo deja de ser útil y comienza una etapa de abandono que ocasiona un lento deterioro. Se convierte así en un testimonio histórico enclavado dentro de un núcleo urbano que paralelamente a su gran auge económico desarrolla una expansión urbanística. Según consta en las Actas Capitulares conservadas en el Archivo Municipal de Estepona, el día 10 de julio de 1802 se propone la demolición de parte del castillo. El 16 de agosto de 1814 se registra en un acta del cabildo que los invasores franceses habían explosionado tres barrenas en el castillo causando incluso la ruina de muchas casas inmediatas. En abril de 1822 se recomienda su demolición total por no ser útil para la defensa ni para la instalación de artillería y en agosto de ese mismo año la Diputación Provincial solicitó al Ayuntamiento un informe detallado sobre su propiedad, estado ruinoso, terreno que ocupa y su valor para proceder a su demolición. No obstante, no se derrumba y en mayo de 1845 se solicita al Gobierno por parte del Ayuntamiento la concesión del ruinoso castillo de San Luis para establecer allí la cárcel; un año más tarde se solicita para su uso como cuartel. El Consejo Supremo deniega a la corporación esteponera dichas peticiones el día 23 de marzo de 1850, por lo que finalmente fueron demolidas las zonas ruinosas en 1900, permaneciendo sólo los paños paralelos que hoy se conservan y que durante muchos años han estado tapados por la conocida como Casa Cañada. Recientemente esta casa, también en ruina, ha sido demolida, rescatando así la imagen del muro del castillo y donde se ha creado una plaza que lleva el mismo nombre y en la que de una fuente adherida a una pared el agua mana a través de la boca de un león, exactamente igual a una que existía en la plaza Vieja, junto al Ayuntamiento.

-La calle Cruz está ubicada en el casco más antiguo de la localidad.

CRECIMIENTO. En lo que se refiere al crecimiento de la villa, la obra más aclaratoria de las elaboradas hasta el día de hoy sobre Estepona pertenece al vecino Manuel Sánchez Bracho, concretamente a «Encuentro con Estepona». Así, los planos más antiguos a los que se ha podido tener acceso datan del mes de enero de 1894, que es una fecha bastante reciente. No obstante, en ese plano no se observar ninguna de las calles que actualmente existen hacia levante, o lo que es lo mismo, las que están situadas a la margen izquierda de la actual calle Terraza.Alguna de la información usada por Bracho, entre la que destaca la del catastro del marqués de Ensenada y el memorial del pleito entre Casares y Estepona, además de los planos existentes del pueblo, nos muestra que el crecimiento de la localidad en una primera etapa tuvo lugar hacia el oeste para continuar en una segunda etapa hacia el noroeste. Las primeras calles fueron Serrato, actualmente denominada Álvarez de la Vega; Cazuelas, que hoy se llama Genalguacil, y parte de la Mondéjar, además de las calles El Mar, Chorro y de la Cruz.Toda esta zona apenas ha variado desde su creación e incluso paseando por allí con detenimiento se puede observar alguna casa de la época. En la calle de la Cruz aún persiste el adorno de forja de lado a lado, lo que demuestra la estrechez de la vía, que además sirve para instalar una farola. Quizás haya sido la originaria disposición de estas entrañables calles lo que haya contribuido a que no hayan perdido su carácter de pueblo andaluz, ya que en esa zona es difícil encontrar una calle que tenga más de cinco metros de anchura.Casi a la mitad de la calle Mondéjar hay una casa de la que, al igual que ocurre con los bajos de la torre de El Reloj, han proliferado durante todos los tiempos leyendas que datan incluso de la época musulmana de la población.Después de este primer crecimiento fueron la plaza de Las Flores y las calles del Prado, del Pozo, Horno, Florida, Convento, Veracruz, Huerto, San Francisco, Portada, Palmar, Málaga, Marbella y Camarín. A principios del 1700 existía el barrio de La Florida, aunque por la información recogida por Bracho en el memorial del pleito entre Casares y Estepona en el año 1670 este barrio sólo era un prado de pasto y tierra de labor.
En esta época también se sabe que la actual iglesia de Santa María de los Remedios era una pequeña ermita situada en las afueras del pueblo antes del 1700, aunque a partir de esa fecha se ve rodeada de casas y hoy en día forma parte de la zona más antigua del casco histórico de la ciudad. No obstante, son muchas las críticas que ha recibido la restauración de la torre de esa iglesia efectuada hace unos años, aunque por parte de los ejecutores siempre se ha asegurado que se le ha devuelto la imagen original de la misma ya que por fuera estaba pintada.Más tarde van apareciendo las calles Santa Ana y sus perpendiculares y las que confluyen desde el norte a las calles Huerto, Sevilla, Caravaca, Botica, Suspiro, Sirena, Torrejón, Aragón, Sierra, Mesurado, Los Frailes, Pezuña, Casares, Ancha y Montecillo. La bajada hacia el mar desde esa zona se hacía a través de las calles Viento y Santa Ana. En la actualidad, con tan sólo dar un paseo por algunas de esas calles, pero sobre todo por la Montecillo, Aragón, Torrejón o Caravaca, se comprueba fácilmente el origen de esas vías y de su población, ya que las casas son en su mayoría las que crearon las calles porque es raro encontrar alguna que sobrepase la primera planta. Balcones engalanados de geranios y patios interiores en los que se guardaba a las bestias demuestran el origen agricultor de muchas familias.

-EL PADRE MANUEL. A partir de este desarrollo no se puede obviar la mención de un personaje archiconocido en la localidad cuyo paso por el pueblo sin duda contribuyó al desarrollo de los núcleos de población de una forma positiva o negativa, según a quien se consulte, porque, como siempre ocurre con esas personas que tienen gran poder y capacidad de decisión en la evolución de una población, hay opiniones de todos los gustos sobre su persona.De cualquier forma, es de justicia señalar lo mucho que hizo por las personas más necesitadas contribuyendo a posibilitarles viviendas. Para ello fundó la Asociación Constructora Benéfica Santo Cristo de la Veracruz, que sirviera para adquirir una gran cantidad de suelo en el término municipal y desarrollar zonas de viviendas sociales, aunque con el tiempo entró en un letargo del que no saldría hasta después de que tuviera lugar la muerte del padre.

No hay comentarios: